viernes, 26 de diciembre de 2014

Mi Hora más Oscura...

Sí, hace mucho frío en este lugar.
Aquí sol parece un tenue círculo polar
Tras la húmeda y asfixiante niebla
Por las noches la oscuridad es total
Ni la más grande de las lunas logra iluminar

Acá los ojos y oídos no usarás
Y sólo en tu erizada piel confiarás
Donde hay silencio y oscuridad
En tus manos frío y escozor sentirás
Y ningún haz de calor hará olvidar la soledad

Buen amigo, bienvenido a mi hora más oscura
Donde los rostros se difuminan y las voces se apagan
A donde gires sólo negro y frío encontrarás
No, no intentes luchar contra ello.
Cualquier recuerdo y esperanza abandonarás

En el frío de la oscuridad sólo tu imaginación usarás
Si quieres mantenerte vivo, si quieres resistir
La hora más oscura de tu alma desgajada
Quizás podrás inventarte en esta lúgubre noche
Que el silencio es canto y el frío es calor

Olvida la esperanza guardada en tu alma
Déjala en el pasado y entra en este abismo
Allí perteneces y ahí te quedarás
No trates de escalar por la quebrada
Llegando a la cumbre, la luz te quemará y caerás.

Buen amigo, bienvenido a mi hora más oscura
Donde la esperanza es asesinada por cuchillos de hielo
Y asfixiada por un manto de oscura neblina
No hay deseo que resista ni coraje que no sucumba

La hora más oscura resurge y se impone.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Eco



Me pregunto si en este momento, estés donde estés, estarás asomada a una ventana mirando la luna, de la misma forma como yo la estoy contemplando.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Spectrvm ex Vmbra


Felicitaciones, has alcanzado tu meta,
Has obtenido lo que por años has buscado.

Has sido devorado por el remordimiento.
En tu cobardía tus sentimientos has cercenado
Y tú alma has mutilado.

Gracias a tus propias decisiones.

Felicitaciones,
Te has convertido en un verdadero spectrvm ex vmbra

sábado, 13 de septiembre de 2014

Obsesiones

Las horas viajan lentamente al amparo de la noche, deteniendo su atención en mis ojos, tratando de descubrir qué es lo que pasa por mi mente, y lo que la pluma escribirá sobre el papel añejado. Son testigos privilegiadas de todas aquellas frases que han logrado sobrevivir al paso de los días, y de aquellas que se desvanecieron con el alba, y con los pensamientos de un nuevo día.

Viajan tan lento que me siento obligado a tomar una vez más la pluma y el papel, satisfaciendo su juguetona curiosidad, pendientes de mis noches como si leyeran la más interesante de las novelas de misterio y suspenso, presionando por conocer un nuevo capítulo de este trance prolongado.

Me presionan por escribir líneas que traten de reflejar esta guerra interna, como la más dramática de las películas bélicas. Pero la verdad es que terminan ayudándome a darle un final a las pequeñas historias, microcuentos y frases que quiero salvar del paso del tiempo, antes de que mueran a la sombra del olvido.

Y es que al tomar la pluma entintada siento como si todo lo que acumulo en mis pensamientos comenzara a salir de mí.

Sobre todo aquellos que quiero expulsar.

Pareciera que quedan satisfechas en su morbosidad, conformes de haber leído un nuevo capítulo de una vida ajena, en un libro que se ha extendido más de lo que presupuesté en un inicio.

Una incertidumbre que no había planificado escribir.

Una historia basada en obsesiones por terminar con aquel paréntesis que a ratos se hace incómodo, estando atrapado en un lodazal seco y abrasivo, capaz de cercenar espíritus si mantiene capturado a sus prisioneros el tiempo suficiente.

Una obsesión por transformar ese paréntesis en algo breve, que todo registro de aquello quede sólo plasmado en el papel, y no en mis recuerdos, antes de que termine convirtiéndome en una simple sombra de mí mismo anclada a un pasado lúgubre.

Y es que al final termino dando en el gusto a las ansiosas horas que esperan leer estas letras, antes de poder irme a dormir a la espera de un nuevo día y un nuevo capítulo. En realidad termino dándoles las gracias por venir a visitar mi morada y rogarme por algo de atención, algo de historias silenciosas.


Y es que dentro de este paréntesis de novela, pareciera ser que al escribir mis apagadas emociones en un papel, el tiempo pasa más rápido, y la tenaz memoria triste se diluye entre cada palabra desgastada.

martes, 2 de septiembre de 2014

Luces Nocturnas


Puedo ver el centro de la ciudad desde la ventana de mi habitación. Durante el día se pueden divisar las montañas ocultas tras ese velo gris y tóxico que respiramos a cada rato, y las personas se ven como diminutas hormigas caminando en línea hacia el metro, o hacia la micro en el paradero.

Pero prefiero quedarme horas despierto, mirando esa misma escena durante la noche. Casi no hay personas y por momentos las calles son adornadas por alguna baliza que interrumpe el silencio reinante. Algún vehículo pasa solitario, esperando liberarse la de luz roja en la esquina.

Todo pareciera ir más lento.

Durante la noche las luces armonizan mejor con la oscuridad, y estoy horas mirando hacia el centro de la ciudad, tratando de distinguir punto por punto aquellas más alejadas. Y ahí me quedo, apoyado contra el muro, tratando de buscar y encontrar sólo una entre todas las luces.


Y es que me desvelo por las noches queriendo ser aquel farol afortunado, cuya luz se escabulle por las  cortinas de tu alcoba, y abriga tus sueños mientras duermes.