Recordando hacia atrás, mirando todo ya con algo más de calma desde una soledad tanto física como del pensamiento, aportada por un silencio que ayuda a concentrarse en sólo un objeto, un momento o un recuerdo.
Dualidad... A veces nos sorprendemos con sólo un objeto, momento o recuerdo, que a veces es capaz de sacarnos una sonrisa, pero que otras veces nos adentra en la más profunda de las tristezas, como si hubiese algo, algo que desconocemos, algo que no somos capaces de controlar, que a veces nos hace sentirnos alegres, y en otras nos hace sentirnos melancólicos. Quizá, en realidad no existe nada que nos ponga completamente alegres o completamente tristes...
Un pequeño vaso de licor a veces nos ayuda a exteriorizarnos (y vaya que lo hace) pero más allá de aquellas situaciones jocosas para algunos o vergonzosas para otros, quizá de vez en cuando nos sirve para poder plasmar a través de una pluma aquello que a veces no sabemos o no podemos sacar más allá de nuestra piel
Bueno... un vaso de licor ayuda a exteriorizarnos... pero hasta este momento he exteriorizado sólo cosas inconexas que parecieran apuntar a diferentes direcciones.
Dualidad...Recuerdos... en realidad hable de licor y ni siquiera he bebido una gota, bueno...en las últimas tres horas, aunque un mango sour no hace ningún efecto...
Ya, vuelvo a lo que me convoca... dualidad... recuerdos... había pensado en otra palabra... no, ahora me acordé... no era una palabra... eran dos.
Quizá aquellos recuerdos duales, u objetos o momentos duales, aquellos que a veces nos dan alegrías y en otras nos dan penas, nos hagan ver que la vida es como una montaña rusa, una montaña rusa que oscila entre las alegrías y las tristezas. Todas las montañas rusas oscilan, no hay ninguna que sea plana. Quizá eso signifique que nosotros somos ese carro de montaña que en algún momento estemos en lo más alto de una alegría y en otros momentos en lo más bajo de una tristeza.
Quizá hasta ahora he buscado estar en lo más alto de una montaña, pero no había riel que llegara tan alto
Espero que alguien entienda esta verborrea de tonteras...
Dualidad... A veces nos sorprendemos con sólo un objeto, momento o recuerdo, que a veces es capaz de sacarnos una sonrisa, pero que otras veces nos adentra en la más profunda de las tristezas, como si hubiese algo, algo que desconocemos, algo que no somos capaces de controlar, que a veces nos hace sentirnos alegres, y en otras nos hace sentirnos melancólicos. Quizá, en realidad no existe nada que nos ponga completamente alegres o completamente tristes...
Un pequeño vaso de licor a veces nos ayuda a exteriorizarnos (y vaya que lo hace) pero más allá de aquellas situaciones jocosas para algunos o vergonzosas para otros, quizá de vez en cuando nos sirve para poder plasmar a través de una pluma aquello que a veces no sabemos o no podemos sacar más allá de nuestra piel
Bueno... un vaso de licor ayuda a exteriorizarnos... pero hasta este momento he exteriorizado sólo cosas inconexas que parecieran apuntar a diferentes direcciones.
Dualidad...Recuerdos... en realidad hable de licor y ni siquiera he bebido una gota, bueno...en las últimas tres horas, aunque un mango sour no hace ningún efecto...
Ya, vuelvo a lo que me convoca... dualidad... recuerdos... había pensado en otra palabra... no, ahora me acordé... no era una palabra... eran dos.
Quizá aquellos recuerdos duales, u objetos o momentos duales, aquellos que a veces nos dan alegrías y en otras nos dan penas, nos hagan ver que la vida es como una montaña rusa, una montaña rusa que oscila entre las alegrías y las tristezas. Todas las montañas rusas oscilan, no hay ninguna que sea plana. Quizá eso signifique que nosotros somos ese carro de montaña que en algún momento estemos en lo más alto de una alegría y en otros momentos en lo más bajo de una tristeza.
Quizá hasta ahora he buscado estar en lo más alto de una montaña, pero no había riel que llegara tan alto
Espero que alguien entienda esta verborrea de tonteras...
vmbra
No hay comentarios:
Publicar un comentario