miércoles, 20 de julio de 2011

Claustra


Veo a la gente a mi alrededor, mirándose entre ellos o hacia el piso, avanzando hacia alguna dirección.

Miro sus rostros, afables y dispuestos, compartiendo palabras y gestos a medida que sus pies se intercalan uno delante de otro.

Oigo sus palabras, llenas de historias y relatos que contar, maletas cargadas de recuerdos que van moldeando aquellas voces y aquellos rostros.

Veo en ellos el deseo de seguir entregando palabras y gestos, como si la afabilidad aquella fuera lo que desean conservar.

Veo a la gente alrededor mio,
y me parece todo tan extraño y lejano.