![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIp5m3KGAJqKDF0B1bFQoiX31dgwr7H-d_kcIQq7dzfO0r0raeuC4oDslQF_QbqEECbPrrFiZ0FVZJEaByyNXgkSU7EDK5RDop0beFxiWxi2fS-qjlc81NThDOE7KUIFz_mr4WgbJ20_Pj/s320/homero-simpson-el-grito-de-edvard-munch.jpg)
Hasta hace poco me sentía frustrado y decepcionado. A pesar de tener mi mente llena de mierda e ideas brillantes, no era capaz de botarlas de ahí (sea como fuese). Trataba de seguir explotando formas que por un tiempo resultaron bastante bien… pero ya no. Comenzaron a acumularse dentro de mí y mientras más tiempo pasaba más me exasperaban.
Así que mi única opción fue cambiar la forma de expulsar todo eso.
Adiós a las palabras formales, a los eufemismos y a la poesía.
La verdad es que después de un tiempo, hasta las formas más estilizadas y bellas de cualquier cosa, cuando no se usan bien y se desperdician en tonteras, o sencillamente no se usan, se convierten en depósitos pestilentes de excremento, que a menos que se pasen por una metafórica planta de tratamiento de aguas servidas, deben sencillamente desecharse, sino terminarán infectándolo todo.
Habrá que darle paso a las palabras sucias, políticamente incorrectas y elegantemente agresivas. Habrá que jugar groseramente con temas que con sólo ser oídos obligan a las viejas a persignarse como corderitos inmaculados y devotos. Habrá que golpear de vez en cuando diferentes situaciones o cosas que molesten o que no estén muy claras. También problematizar (wena) algunas cuestiones que la mayoría ni se da el tiempo de desenredar.
En el fondo, de vez en cuando creo que necesitaré tirarle caca a algunas situaciones, pero sólo cuando acumule la suficiente dentro de mi retorcida mente.